
Dos enfermedades matan cada año a 1,5 millones de niños menores de cinco años en el mundo. Uno de cada cuatro que fallece antes de esta edad lo hace por culpa de la neumonía (casi un millón) o la diarrea (algo más de medio). Más del 70% de estas muertes se producen en 15 países, por lo que centrarse en atajar esta sangría en ellos es clave para conseguir reducciones significativas de la mortalidad infantil, según señala un informe de la Universidad Johns Hopkins publicado esta semana.
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